La colina del zorro

Siendo yo adolescente me puse a leer los tomos de la Tragicomedia Mexicana de José Agustín, el cual sin ser un libro de historia, representa una consulta obligada para todo aquél que quiera entender las formas en que operaba el antiguo régimen así como la vida pública de México en todos su frentes.
Mucha irritación y asombro me causó el apartado en el que se explicaban los innumerables excesos del gobierno de López Portillo, quien entró con un sueldo de cualquier funcionario de la alta burocracia y terminó con un montón de terrenos que luego se pelearían hasta saciarse los orgullos de su nepotismo con su última esposa. Entre aquellos bienes despuntaba, por obviedad, la tan conocida “colina del perro”. Eso pasó hace 25 años. Ahora los Fox tan dados ellos a los reflectores y a los espacios mediáticos se aventaron la puntada de aparecer en la revista Quién mostrando su paraíso personal y pensando que (ingenuos) no habría ningún escándalo mayor y que en una de esas serían tomados como ejemplo de superación. Ya se sabe que los políticos buscan puestos no para servirse (no, qué va¡), lo hacen como un sacrificio para la Patria. Así lo recuerda Ciro Gómez Leyva en Milenio:
“El 15 de junio de 1994 entrevisté a Fox en León, en un rancho desmedrado. Estaba retirado de la política, pero amagaba con volver. “Extraño mucho la política. Pagué el precio que todos los políticos de oposición pagamos: ver destrozados mis negocios. No sólo se me fue mi patrimonio, sino que está en riesgo de extinguirse y desaparecer. Quise darme este espacio para reponerme”. Menos de un año después asumió la gubernatura de Guanajuato. Luego fue Presidente. ¿Cuánto pudo ganar en el segundo semestre de 1994 como para reponerse? Porque con los sueldos que devengó entre 1995 y 2006 no le alcanzaría para tener un rancho como el que presume. ¿De cuánto serían los ahorros de la entonces esposa de un veterinario y luego directora de Comunicación del gobierno guanajuatense? El rancho remozado tiene una cava con vinos de las mejores reservas, gimnasio, lago artificial, una alberca, habitaciones para los cuatros hijos, muebles finos, césped impecable, venados, pavo reales… Se le hacía tarde a los Fox para revelarnos que a ellos también el paso por la política les resolvió todos sus problemas materiales, los de sus hijos y los de sus nietos.”