Monday, January 12, 2009

señorito, santurrón hipócrita


Tiene mi alcalducho facilidad de palabra. La tiene en el sentido usual de la expresión que denota fluidez en el habla, aunque ésta se componga de enunciados hueros, tópicos, lugares comunes, frases hechas. Es de palabra fácil, también, en el sentido de que no la regatea, como cuando se habla de una mujer o un varón fáciles, a quienes no es preciso trabajar en exceso para que dispensen sus favores. El alcalde otorga su palabra a quien la solicita. Si tal facilidad genera contradicciones, si resulta en ofertas incompatibles, basta disimularlas, hacer como que no existen, hacerse güey.

Confidencias: El despertar ha sido muy duro


‘Acabo de quedar viuda, y con todo este dolor se agrega el hecho de descubrir que él me fue infiel. No lo puedo creer, ya que nuestra relación la consideraba perfecta en todos los aspectos. Toda persona que nos conocía nos elogiaba la buena relación y la confianza plena que existía. Nunca hubo un indicio, una duda que me pusiera en alerta. Me hacia sentir la mujer más querida y deseada por él, ya que siempre estaba atento a consentirme, mimarme. Pasábamos mucho tiempo en pareja, y a pesar de tener nuestros niños, en el plano sexual éramos muy activos, siempre buscando agradar uno al otro. Tanta confianza había que me avisaba que iba a ir a tomarse unas cervezas a algún “table” y yo siempre le decía: “pórtate bien, no defraudes la confianza que te tengo”, y al llegar a casa me platicaba cómo le había ido, y yo de tonta le creía.
Tenía mucha relación de trabajo con una señora que le era leal, que tiene una hija joven. Por mi marido supe que la muchachita había resultado embarazada y que el hombre no se quería hacer responsable. Yo conocía, por mi marido, toda la vida de esa familia que es muy humilde, y sabía que él las ayudaba. No me extrañaba nada de esto, ya que él ayudaba a mucha gente. Ahora descubro que esa joven trabajaba en un “table dance” y que tuvo un hijo de mi marido. Estoy desecha, amargada, pienso que todo lo que viví es una gran mentira, que quiso cubrirme de elogios y cariño para no verse descubierto y más porque siempre le recordaba que no defraudara mi confianza, ya que no iba a haber perdón por más cariño y amor que nos tuviéramos. Mis hijos no lo saben, ya que para ellos sus papis eran la pareja perfecta, siempre demostrándose amor y cariño. Hasta nos decían ridículos porque siempre me tomaba de la mano y me decía que me quería.
El problema aquí es que no entiendo dónde estuvo el problema o en qué fallé. No existe ya para poder aclararlo, y en este momento lo odio por todo el engaño. Pienso que no lo merecía, ya que siempre estaba atenta a él y no quería que nada lo mortificara por su enfermedad. Quisiera conocer a esta joven y al niño. Hablé con su mamá y me dice que mi marido no quería que yo me enterara; que para él su familia era muy importante y que nunca se iba a separar de nosotros. La mamá dice que ellas nunca me iban a decir de esta relación, pero tu sabes que existen personas a las que les agrada hacer daño y me enteré por otras personas, ya que mi marido les había pedido que si algo le pasaba no dejaran que estas señoras me fueran a hacer daño. Estoy devastada. Tantos años que creía ser una mujer afortunada y el despertar a sido muy duro’.