Saturday, October 27, 2012

Mi Semana: Codicia, bullying, elecciones


Lunes
Hay que reconocer que Angélica Rivera se ha conducido con seriedad y discreción. Parece que ya olvidamos cómo se portaba la señora Marta. Me llamó la atención la distancia con que la trata Peña Nieto; en ningún momento se ve que la tome de la mano. Tal vez Televisa corregirá pronto esta falla.

Martes
Las aulas, las presentaciones de libros, los informes políticos y los falsos debates sufren la temible enfermedad de la primera persona del singular. Cioran bien pudo llamar a esa enfermedad Ese maldito yo. Escribe Chesterton que un niño debe ir a la escuela para estudiar el carácter de sus maestros. Creo que esa costumbre estudiantil no debiera perderse durante toda la etapa escolar y trascender el aula. Importan las ideas e importan los caminos que el profesor transitó para descubrirlas. Quizá la peor catástrofe académica de nuestro tiempo sea la extinción de esa antigua virtud llamada “honradez intelectual”.

Miércoles
Tu pérdida es mi ganancia. Esta frase, posible lema del neoliberalismo salvaje que hoy impone sus reglas, la pronuncia John Tuld (Jeremy Irons), alto ejecutivo de un banco de inversiones neoyorquino, en Margin call (El precio de la codicia).

Jueves
Vale recordar que en el sistema electoral estadunidense la presidencia se gana al acumular votos electorales de cada estado, y no por el voto popular a escala nacional; o sea, en realidad son 50 elecciones simultáneas. Al ganar el voto popular en cada estado se obtienen los votos electorales de dicha entidad (el número de votos electorales es proporcional a su población). Para triunfar en la elección nacional se requieren 270 votos electorales. Por ello, un candidato puede perder el voto popular nacional y aun así ganar la presidencia por votos electorales.

Viernes
Vía Leonardo García Tsao:
Ganadora del premio a mejor película en la sección Un Certain Regard, del festival de Cannes, Después de Lucía es el segundo largometraje del realizador Michel Franco… Después de Lucía narra el difícil proceso de adaptación de una adolescente, Alejandra (Tessa Ia), cuando ella y su perturbado padre (Hernán Mendoza) se mudan de Puerto Vallarta al Distrito Federal tras la muerte de Lucía, la madre, en un accidente automovilístico. La chica se adapta a su nueva escuela y hace amigos pero, durante un fin de semana, un escarceo erótico con José (Gonzalo Vega Sisto) es grabado a escondidas por este con su teléfono celular. El video se difunde de manera viral, como ahora se dice, y pronto Ale pasa a ser la paria de su preparatoria. La adolescente se convierte así en una víctima de ese fenómeno llamado bullying. Sus compañeros y ex amigas se la pasan ideando nuevas formas para humillarla y vejarla, en una progresión del insulto circulado por Internet al abuso físico. Aunque Ale opone resistencia en un principio, por no querer alterar más a su padre –quien en todo momento parece una olla express a punto de explotar– la lleva a una pasiva resignación a su martirio.

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