Wednesday, June 24, 2009

Lo que no tiene Rodrigo Medina…

Lo que no tiene Rodrigo Medina es madre. Mientras fue secretario gobierno jamás tuvo ni siquiera una palabra de aliento para los afectados por el fraude en ucrem. Yo fui testigo de primera mano de un par de historias de estos adultos, de estos ancianos. Historias de angustia y de desesperación por los bienes perdidos. Lo que Medina debe entender es que esta paz relativa no es sinónimo de impunidad. Yo llevo en mi diario una crónica de las infamias cometidas. No se puede construir una sociedad sobre la impunidad como no se puede construir un edificio sobre un pantano. Los delitos hay que castigarlos. ¿Y todos los secuestrados, desaparecidos y asesinados se quedan así nomás, ya se le olvidaron a este sinvergüenza desmemoriado? ¿Qué fue de los jóvenes desaparecidos en Sabinas y en Santiago? ¿Que les respondió o les respondería a sus familiares y amigos? Hace poco anduvo por las tierras de mis padres limosneando votos. Yo le preguntaría: siendo secretario de gobierno y cobrando un sueldo ¿cuántas veces se paro en los municipios del sur del estado? ¿en las zonas pauperizadas? Adivinen la respuesta.

PENA DE MUERTE

Hay quienes piensan que la pena capital se justifica por 2 razones: por un principio de justicia elemental –el que a hierro mata a hierro muere- y por el poder de disuasión que tendría semejante castigo: no es lo mismo que un delincuente sepa que su crimen le costara la vida a que esté atenido a una sentencia de cadena perpetua. Sin embargo, en el extremo opuesto se sostiene lo contrario. No hay evidencias de que la pena de muerte tenga un verdadero poder de disuasión: el porcentaje de asesinatos en los países que mantienen la pena capital no es distinto a los países que la han abolido.
La pena de muerte les parece a los abolicionistas un acto de barbarie que no debe ser ejecutado por el estado, que es la instancia para asegurar una convivencia pacifica y civilizada. Dicen que a un acto irracional y salvaje no se puede responder con otro de la misma naturaleza. Quienes están a favor de la pena consideran que la justicia debe funcionar en forma retributiva: a un crimen debe corresponder una sanción semejante. Los que están en el otro bando afirman que la justicia no tiene como función restituir sino en la medida de lo posible regenerar. ¿Y cómo se podría regenerar a alguien cuando se le ejecuta? ¿Qué pasa si el sistema de justicia se equivoca? ¿Cómo se restituye el derecho de una persona que ha sido condenada y ejecutada injustamente?