Escribo esta entrada en jueves 31 para ser publicada hoy viernes día primero de agosto. Ayer estuve en la presentación del dietario de Enrique Vila-Mata. Asistieron los mismos asistentes que asisten a las presentaciones de libros. Los mismos periodistas y los mismos poetas. Nadie me saludó. Nadie me conoce porque yo afortunadamente no pertenezco a su mundillo. Sólo me acerqué un minuto con mi maestro Sergio Elías Gutiérrez que me saludó con prisa. Es curiosa la cantidad de personalidades que pude ver ayer. Desde gente como Abraham Nuncio hasta La Tucita. Muchos de los que van a estos eventos siento que van sólo por hacer presencia y se siguen directo a la mesita de los canapés y las copas de vino barato. Luego se van sin comprar libro alguno. Por cierto, qué aburrido es escuchar a Christopher Domínguez Michael a quien le pregunté una duda sobre el género del dietario y me dejó peor. Me encantó el sombrerito que dibuja el cabezón de Vila-Mata en sus autógrafos. Su figura es completamente caricaturizable. Regresé a mi casa como a las 10, mi prima estaba lavando y le mentí diciéndole que venía de la oficina, que había salido hasta esa hora. Acostado en mi cama repasé las primeras 15 páginas del libro. Hasta ahora tiene un par de buenos momentos y algunos aforismos que seguro utilizaré más adelante. Si lo termino y me gusta escribiré una nota al respecto. Seguí leyendo hasta que lo deseché para ponerme a ver el béisbol. Sultanes volvió a ganarle a Saltillo ¡en Saltillo! y lleva dos juegos de ventaja en la serie, seguro pasa a la siguiente ronda. Hoy me levanté sin ganas de bañarme ni de ir a la oficina. Aún así estoy escribiendo esta nota ya bañado y en la oficina. Hoy será un día difícil por ser ultimo de mes. A eso hay que sumarle el horror del calor que no soporto y que lleva días así. Hoy, después de muchas semanas de indecisión, voy por fin a ver lo del curso en la facultad de filosofía. Traigo ya mil pesos en la cartera preparados para separar lugar si es que aun hay lugar y si los horarios con el trabajo se acomodan. Tengo muchas esperanzas en esto ya que con cursos de este tipo, creo, puedo en un futuro cambiar más fácil de chamba. También tengo un montón de dvds pendientes de ver, pero eso será hasta el fin de semana, quiero ver a mi papá.
P.D.
Me entero en las noticias de la radio de varias cosas que, sin tener relación una con otra, vale la pena dejar registro: ayer murió Alejandro Aura; (“así pues hay que cerrar en algun momento la cuenta, pedir abrigos y marcharnos”) también se dieron los brutales hechos en cd. Guzmán, Jalisco, donde fueron ejecutadas dos primas del secretario de agricultura y exgobernador del edo., Alberto Cárdenas; también en el proceso electoral de EE.UU. McCain declaró una cosa muy graciosa: comparó a Obama con la Spears: “màs que un candidato parece una celebridad”, dice el viejo republicano.
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Creo que esto lo sacó Chuck Palahniuk: “Escribir es como boxear. Los hay quienes son duros y correosos y pueden someter a su oponente durante doce rounds completos y ganar por decisión. Finos y técnicos o simplemente aguantadores. Los hay también quienes poseen puños como ráfagas que hace caer a la lona al más bragado con uno o dos golpes clínicos y poderosos”.
Escribir es como lanzar una flecha y correr detrás de ella. Siento la flecha surcando los aires.
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El habla es un acto íntimo, el más intimo que conozco. Develarse sin más herramientas que la historia sucediendo entre sonidos. La voz saliendo es estruendo sobre el pecho, crujido, hecatombe. Ayer leí que las palabras no son como los perros, pues no puedes silbarles para que vuelvan. Las palabras no son como los perros, pero muerden igual.
"Curioso que la gente crea que tender una cama es exactamente lo mismo que tender una cama, que dar la mano es siempre lo mismo que dar la mano, que abrir una lata de sardinas es abrir al infinito la misma lata de sardinas[...]". Julio Cortázar. Las Armas Secretas.
Es más difícil combatir los enemigos sin nombre.
Nadie mejora si se le trata como a una imbécil.
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Amelda Garret
“Y yo pregunto a los economistas políticos, a los moralistas, si han calculado el número de individuos que es necesario condenar a la miseria, al trabajo desproporcionado, a la desmoralización, a la infancia, a la ignorancia crapulosa, a la desgracia invencible, a la penuria absoluta, para producir un rico”.
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Incluyo en esta entrada el recorte de un dibujo de Van Gogh “encontrado”, con dedicatoria a mi hermana que le encanta