Friday, January 23, 2009

la fe


Toda religión está sustentada en la fe. ¿Qué es la fe? Es el conjunto de creencias que no están sujetas a ser confirmadas por la experiencia y la razón. La eterna controversia entre creyentes, agnósticos y ateos, surge del afán imposible de justificar las creencias religiosas a través de la razón analítica. No hay en realidad forma de enfrentar lo improbable con aquello que puede ser comprobado. Pero la fe no precisa de argumentos para ser y permanecer en tanto el creyente no confunda el dogma con el axioma. Las religiones enseñan a creer sin métodos científicos o cosas que se le parezcan.

Monday, January 19, 2009

El plomo

Decía el profesor de química:
"El plomo es un metal pesado, oscuro, venenoso, pestífero y poco resistente a la tensión". "Oiga -le reclamaba alguno con enojo- ¿porqué habla usted tan mal del plomo?". Y respondía el maestro: "no es que hable mal del plomo, es que el plomo es así".
Criticar no es vituperar, es juzgar de las cosas y distinguir de ellas lo bueno de lo malo. Atacar no es función de analistas, es tarea de enemigos políticos, si mi alcalducho da todos los días materia para la crítica, quien la ejerce no puede hacerse a un lado o enmudecer, igual que tampoco debe guardar silencio cuando el alcalducho ofrezca motivos de elogio (ajá, claro). El crítico de la vida pública tiene que hacer su labor y cumplirla cabalmente aunque disuene o suene machacón. No estará hablando mal del plomo, y menos aún estará atacándolo como enemigo. Estará diciendo simplemente que el plomo es así.

El odio


El odio no figura entre los pecados capitales, ese repertorio de las conductas humanas que el cristianismo prohibe bajo el riesgo de la condena eterna. Asombra que para ese credo sean peores la avaricia, la soberbia, la gula, la lujuria, la pereza, la ira y la envidia. El odio destruye más que cualquier otro de esos vicios del alma. Guarda parentesco con la envidia, y la soberbia puede ser una de sus causas. Se le asemeja a la ira, pero ésta suele manifestarse de súbito, como un arrebato. El odio, en cambio, admite la expresión fría, el cálculo desalmado, que prepara con cuidado la devastación, la muerte, el dolor, el temor, el terror. En culturas diversas del cristianismo el odio no es tampoco vitando; por el contrario, odiar es meritorio, es justo, es necesario: dar muerte al infiel, al que no profesa la misma fe, es la manera de mostrarse cumplidor de la ley, de asegurarse la salvación eterna. Se propaga el odio como modo meritorio de ser.

aquí no se puede preguntar

Estupenda narración la que se hace este mes en algun reportaje dentro de la revisa Letras Libres sobre la situación en Cuba:

"una camarera nos conduce a una sala lúgubre y destartalada, con neones escasos y tan vacía como las bandejas del autoservicio:

-¿No tienen nada?
-Sí, bueno, antes era bufé, pero ahora servimos en las mesas.
-Nos vamos a sentar fuera, en la terraza.
-Sí, pero tiene que ser en este lado, que es pago en divisa. Aquel lado es para moneda nacional.
-¿Y qué diferencia hay?
-Que en moneda nacional se da comida y bebidas nacionales.

Su tono no deja lugar a discusión. Nos sentamos en el lugar asignado, también vacío, lejos de los cubanos que ocupan algunas mesas en el otro lado de la terraza.

-En moneda nacional, tienen para comer arroz, pollo, sopas...
-¿No nos había dicho que de este lado se pagaba en divisa?
-En divisa no hay comida, sólo emparedados.
-¿Hay pollo en moneda nacional y no hay en divisa?
-Así es.
-¿Y por qué?
-No pregunte. No hay respuesta. No funciona, le digo tal cual nos han dicho.
-Bueno, pues tomaremos una cerveza.
-¿Cristal o Bucanero?
-¿Pero no decía que la cerveza nacional era en el otro lado?
-Allí no servimos Cristal ni Bucanero sino otra peor, la que tomamos los cubanos.
-¿Pero no es la misma fábrica?
-Ese ya es un tema que yo no domino.
-¿Y si queremos tomar una Cristal, pero estar sentados con los cubanos?
-No se puede porque... las sillas son distintas. Oiga, usted no ha venido pa comer, sino pa hacer preguntas, y aquí no se puede preguntar."