Thursday, November 17, 2011

soliloquio en jueves fresco

según anunció la Secretaría de Hacienda el martes pasado, los coahuilenses tendrán que pagar 275 millones mensuales más de impuestos para cubrir en 20 años el hurto de Moreira

“Humberto Moreira aún era Gobernador de Coahuila cuando funcionarios estatales tramitaron créditos bancarios por al menos 3 mil 100 millones de pesos utilizando documentación apócrifa”. ¿Conque diciendo mentiras, Humbert? aciertan los que piensan que se trata de una tormenta provocada en contra de Moreira y el PRI en tiempos electorales. Correcto, sólo que para que esa tormenta tuviera lugar, alguien puso las nubes de la falsificación, y todo indica que fue Moreira. En otro país menos extravagante que el nuestro, el Consejo Nacional del PRI le pediría de un momento a otro la renuncia a Moreira. El hombre fuerte del partido es un mentiroso y un tramposo, ¿nada le hace? ¿El nuevo PRI? Dos de los ex colaboradores del gobierno de Moreira fueron aprehendidos y liberados a la brevedad después de pagar una fianza.

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El que dos secretarios de gobierno hayan muerto en accidentes aéreos no es casualidad, ni azar: estas pérdidas son el resultado, por más que nos lo quieran ocultar, de una voluntad clara, tenebrosa e implacable: la de hacer mal las cosas. La de vivir a última hora, entregar resultados subnormales, justificar nuestras taras culpando a todos menos a nosotros mismos, hacer el mínimo esfuerzo y ver a esas criaturas extrañas que nos exigen más rigor —el eventual maestro, jefe, compañero— como antinaturales, como censores represivos; como traidores al mexicanísimo dios del chile. Roberta Garza

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Interrogado Ennio Ranaboldo, director de Lavazza en Estados Unidos, acerca de cómo podía describir una perfecta taza de café, respondió con precisión, sin romanticismos: el agua debe ser calentada entre 194 y 203 grados Fahrenheit; después, lanzada a nueve barras de presión, aproximadamente 135 libras por pulgada cuadrada, a través de un cuarto de onza de café finamente molido durante entre veinticinco y treinta segundos, obteniendo exactamente una onza de café expreso. Hugo Hiriart