Friday, November 09, 2012

Mi semana: Vetocracia, obsesión legislativa y derechos vulnerados


Lunes
Definición de Vetocracia según Luis Carlos Ugalde
La vetocracia es el gobierno del veto, la capacidad de actores políticos y económicos para usar su fuerza e influencia para bloquear decisiones y políticas públicas que afectan sus intereses y mantener así el statu quo… Sistema de grupos de interés con la suficiente fuerza para detener políticas que los afectan, a pesar de que sean de beneficio general. El neologismo “vetocracia” fue acuñado en 2011 por el politólogo americano Francis Fukuyama, aunque el fenómeno ya había sido analizado por el Banco Mundial bajo el término “captura del Estado”. ésta ocurre cuando grupos de interés usan su influencia para moldear las “reglas del juego” a su conveniencia, eso es, la “compra” de leyes, decretos y regulación secundaria que favorece ciertos intereses privados. Hay dos tipos de actores con capacidad de veto. Por un lado los “formales” que están reconocidos en la Constitución y que cuentan con atribuciones legales para bloquear reformas. El segundo tipo de actor con capacidad de veto es “informal”, conocido en la jerga coloquial como “poder fáctico”, porque carece de legitimación en la Constitución pero dispone de los recursos políticos y económicos para descarrilar los esfuerzos que pretenden cambiar el statu quo en beneficio general.

Martes
Otra definición de Democracia:
Walter Bagehot definió la democracia como “gobierno por discusión”

Miércoles
Libro: El hombre que lo podía todo, todo, todo. Ensayo sobre el mito presidencial mexicano, de Juan Espíndola Mata, El Colegio de México, México, 2004.

Jueves
La obsesión legislativa Por Gabriel Zaid
Se gobierna con leyes, con sentencias judiciales, con nombramientos y destituciones, con prioridades bien pensadas, con alianzas y rupturas, con una administración pronta a cumplir sus responsabilidades, con programas y proyectos de mediano y largo plazo, con decretos, con el ejercicio eficaz del presupuesto, con evaluaciones de la calidad de cada dependencia, con la persecución de delincuentes (sobre todo los que están en el gobierno), con servicios de inteligencia, con la fuerza pública, con cárceles, con explicaciones convincentes, con incentivos morales y materiales, con actos simbólicos, con encuestas, con acercamientos a la gente, con encuestas, con atención a las preocupaciones e iniciativas ciudadanas, con buena administración de los conflictos, con negociaciones y con muchos otros recursos permitidos por las leyes vigentes.
No me hables de las infinitas pequeñeces mal atendidas, aunque las consecuencias sean terribles. No me hables de hacer las cosas bien hechas, de tener ventanillas eficaces y meter a la cárcel o despedir a los irresponsables, abusivos, ineptos o corruptos. Lo importante son las reformas integrales y profundas: las Grandes Soluciones basadas en los Grandes Principios.
Cumplir y hacer cumplir las leyes que ya existen es más urgente que negociar otras. Antes que mejores leyes, urgen mejores gobiernos.
Juzgar es gobernar. Un poder judicial que gobernara bien, empezando por su propia casa, haría mucha diferencia. La confianza en la justicia es capital para la democracia, y desgraciadamente no existe. Hay muchas quejas, y no todas se refieren al ministerio público y la policía. La mayor parte de los mexicanos no cree en la probidad de los jueces.
Para meter a la cárcel o despedir a los jueces irresponsables, abusivos, ineptos o corruptos no hace falta legislación adicional. Lo mismo hay que decir, naturalmente, de los agentes del ministerio público.

Viernes
El derecho a la vida y la integridad, al trabajo, el tránsito, la expresión, la libertad y la justicia sucumben ante el secuestro, la extorsión, el chantaje, el atentado criminal y el abuso. Se recrudece la violencia y la impunidad pero, a fuerza de hacer costumbre lo inaceptable, la administración -cuando reacciona- expide un contundente boletín con su más enérgica condena y nada más.

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