En enero de 2005, James Fallows publicó en The Atlantic Monthly, en forma de artículo, una hipótesis predictiva. El tema era el futuro de la política doméstica estadounidense. Para su artículo, Fallows escogió un manido recurso paródico: escribir el memorándum de un jefe de campaña electoral destinado al hombre que ya se ha embolsillado las elecciones en Estados Unidos en 2016. Lo que singulariza el memorándum de Fallows es que comienza como zumbona política ficción y termina por ser un inquietante ensayo profundo, con todo y aparato de notas al pie de página. Se trata de un envidiable logro: la monografía de think tank como forma de entretenimiento sobre las tendencias que un curtido, perspicaz, muy leído y muy viajado freelancer como Fallows percibe como dificílmente irreversibles.
Su título es Countdown to a Meltdown y no sé traducirlo más que de este modo: "Cuenta atrás para una fusión nuclear." El reactor atómico que, según Fallows, ha de derretirse por completo a partir de esa fecha es nada menos que la presidencia de su país. El autor del memorándum advierte que, estando la victoria electoral asegurada, siente sin embargo el deber de esbozarle a su empleador el panorama doméstico e internacional que enfrenta. El de 2016 no es un mundo cuyo futuro inmediato sea fácilmente discernible, así que el analista opta por contarle cómo fue que las cosas llegaron a ponerse tan mal en el planeta. Es a partir de ese momento que el trabajo de Fallows se convierte en lectura de sumo valor para los aprensivos y desorientados, aunque al precio de dejarnos sólo algo más orientados y bastante más aprensivos.
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