Friday, March 11, 2011

Datos

De entre los 20 municipios con mayor tasa de asesinatos, cinco redujeron su población: Guadalupe pasó de 9 mil 149 a 6 mil 458 habitantes; Mier, de 6 mil 539 a 4 mil 768; General Treviño, de mil 476 a mil 277; Práxedis G. Guerrero, de 8 mil 514 a 4 mil 799.

En términos absolutos, 2009 tuvo el mayor número de homicidios de nuestra historia reciente: 19 mil 809. Esta violencia no es homogénea. Más bien se ha concentrado en algunos estados. El caso de Chihuahua es el más impresionante: pasaron de una tasa de 14.4 por cada 100 mil habitantes en 2007 a una de 108.5 en 2009.

En cualquier parte del mundo hay espacios de tolerancia a la ilegalidad a cambio de que la violencia se mantenga a raya y eso parece ser el punto ciego de la estrategia del gobierno federal. Cuando desde el propio gobierno, los medios de comunicación y opinión pública se asume con ligereza que es un daño colateral que se maten entre sí los propios criminales, lo que se está generando es tolerancia social a la violencia letal y ello detona más violencia. Si el homicidio se justifica en un contexto, ¿por qué no se puede justificar en otros?

En 2010, 70% de los homicidios se concentraron en siete entidades: Chihuahua 29%; Sinaloa 12%; Tamaulipas 8%; Guerrero 7%; Durango 6%; y el Estado de México y Nuevo León, ambos con 4%. Esto es relevante porque significa que el conflicto que representa la violencia no está esparcido por todo el país. De hecho, estas mismas cifras dan cuenta de que la mitad de los homicidios ocurridos en 2010 sucedieron en las primeras tres entidades.