Un avaro se casó. A los pocos días de la boda su mujer no le tuvo la comida a tiempo. El hombre se enojó, la golpeó y la descalabró. Se le infectó la herida a la señora y su marido tuvo que llevarla con el médico. En viaje, doctor y medicinas se gastó mil pesos. A pesar de sus dolores la mujer se puso muy contenta: “Mi marido ya nunca más me golpeará, no querrá volver a gastar tanto dinero”.
Pero cuando llegaron al rancho el hombre sacó otros mil pesos de su bolsa y los puso dentro de un baúl:
-“Por si se ofrece que te descalabre otra vez”- dijo a su mujer.
Pero cuando llegaron al rancho el hombre sacó otros mil pesos de su bolsa y los puso dentro de un baúl:
-“Por si se ofrece que te descalabre otra vez”- dijo a su mujer.
Desde entonces ella siempre le tuvo a tiempo la comida.
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