Friday, February 08, 2008

Habemus IFE, peeero…




¿Quiénes son Leonardo Valdés Zurita, Benito Nacif y Marco Antonio Baños? ¿Son los mejores? Lo que sí se sabe es que los nuevos consejeros llegaron con la guillotina sobre sus cabezas; además de que fueron escogidos, luego de un proceso humillante y nada democrático, por cuotas y aberrantes consensos, y que por ello y en cualquier momento les puede pasar lo mismo que al IFE de Ugalde, si no se pliegan a los deseos y las ocurrencias de los barones del poderoso G-3. Se trata de expertos en el tema pero no son los mejores, ni tampoco los más notables y menos los más populares.


En Astillero, para Julio Hernández López ayer fue instalada una cómoda administración miniaturizada de los próximos procesos comiciales: el presidente de ese instituto envenenado fue propuesto por el PRD, pero responde más a los intereses del panismo y el priísmo; el estilo Zavaleta de San Lázaro llevado ahora a las piernas electorales. Entre menos relevante y más condicionado fuera el nuevo consejero presidente del IFE más poder tendrían los verdaderos conductores del proceso de renovación, los legisladores priístas Beltrones y Gamboa. Ayer fue Elba Esther Gordillo la que impuso a Ugalde, ahora es el beltronismo el que impone el estigma del futurismo al nuevo consejero presidente –débil, desconocido–. Fue el final de una larga historia mal llevada. Embriaguez de poder legislativo que llevó a montar la farsa de la apertura de las plazas del IFE a ciudadanos que se sintieran con merecimientos y que concurrieron por cientos, llenando con creces varios de ellos los requerimientos que supuestamente se buscaban para, con los mejores mexicanos, remontar el descrédito y la vergüenza de la administración Ugalde. La felicidad reina en el imperio de las alturas: quedaron como nuevos consejeros no quienes tuvieron mejores calificaciones en los exámenes de conocimientos (Valdés, Nacif y Baños se mantuvieron en el 3, mientras otros consiguieron 4) sino quienes mejor se acomodaron a los naturales proyectos de los partidos que los nombraron y a cuyos intereses quedan explícitamente sujetos.


Granados Chapa, en su Plaza Pública de hoy, da cuenta de las trayectoras de cada uno de los consejeros:

Leonardo Valdés Zurita: Licenciado en economía, tuvo hace dos décadas militancia política en el Partido Mexicano de los Trabajadores, a cuyo líder, Heberto Castillo, era cercano y con quien emparentó {fue esposo de Laura Itzel Castillo, hija del luchador social y fundador de ese partido}. Se doctoró en ciencias sociales en El Colegio de México y se especializó en elecciones. Fundó y dirigió en la unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana el Centro de Estadística y Documentación Electoral, y presidió la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales. En 1998 elegido consejero en el naciente Instituto Electoral del Distrito Federal. Su información y capacidad analítica han sido expresadas en muchos trabajos, señaladamente en el cuaderno número siete de la serie de divulgación de la cultura democrática publicado por la institución que ahora presidirá, que se titula Sistemas Electorales y de Partidos.
Marco Antonio Baños, nacido en Pachuca, licenciado en derecho, fue también director ejecutivo del Servicio Profesional Electoral en el IFE al que ingresó a las órdenes de Felipe Solís Acero, que es hoy el colaborador más cercano del senador Manlio Fabio Beltrones.
Benito Nacif, director de la división de estudios políticos del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), al que ingresó en 1995, ha tenido experiencia como analista político en el ámbito público y privado: la Presidencia de la República en 1989 y 1990, y la consultoría Oxford Analytica de 1993 a 1999.

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