Tuesday, December 04, 2007

Laudatoria II. Demyan

Rufino Tamayo es una calle
El sábado estaba yo un poco jodido en parte por un asunto privado que sigo lamentando y en parte por cuestiones del trabajo ("pienso mucho en ti, sueño mucho contigo, imagino qué estarás haciendo y como la estarás pasando") Aún así -tal vez por eso- me decidí a asistir a la cena de una muy querida amiga, asidua visitante a este foro libertario. Creo que ella no tiene idea de cuánto la quiero y cuánto valoro su amistad. Mi aprecio es tal que la tengo considerada en mi testamento. Es una mujer muy inteligente aunque tiene dos defectos, uno chiquito y otro grande. El chiquito es que añora con volver a ser burócrata. El grande es que es priísta. Yo aborrezco a nuestros políticos actuales y a los partidos que representan. Sólo una vez he participado en una campaña. Lo hice por ella. No fue por buscar "hueso" como lo hacen tantos. Si de algo carezco es de ser adulador y chambista. Lo hice porque mi amiga me lo pidió y yo no soy tan ruin como para andar negando favores. En eso si soy de cuerpo fácil. Pudiendo cobrar una lana por aquellas clases, apoyos, asesorías o como fuera que le llamasen, no lo hice. Ni un peso recibí del partidazo. Pues bien, el sábado compartí mesa con un amigo y durante cierto tiempo colega suyo. El sí que es un orgulloso burócrata municipal de ésos que van a la oficina los sábados simplemente "para que los vea el jefe" -¡qué vergüenza que tu jefe sea el granuja de Adalberto!-. También conocí a Adriana (¿las mujeres con este nombre me persiguen o qué?) de quien creo si Maine nos reúne en más ocasiones podremos llevarnos bastante bien, de piquete de ombligo y toda la cosa, tiene un cierto parecido a mi amiga Karlita sólo que un poco más alta. Ojalá coincidamos alguna vez en el museo o en algún café -por cierto amiga, te debo una cena-. Además conversé con una pareja. El psicólogo, ella lingüista y creo que ya con esto he dicho suficiente de ambos. Los dos muy pero muy interesantes. Me levanté de la mesa justo a tiempo, cuando los allí reunidos se disponían a bailar, cosa que se me dificulta muchísimo. Por cobarde no saco a bailar a las mujeres y por obvias razones a ellas no les interesa bailar conmigo. Me fui no sin antes despedirme de la dueña de la casa, maravillosa señora, atentísima dama.

Lo de hoy es que cumple años mi sobri
No tengo muy clara la crónica del día que nació pero sí la noche que supe del embarazo de mi hermana y sobre cualquier otro momento tengo presente el día anterior a su nacimiento. Yo estaba en Linares sólo con mi padre. Habló mi hermana, me dijo algo así como que "ya está" y yo le dije mensa -no me pregunten porqué-. Le marqué a mi madre que ese sábado se le ocurrió venir a Monterrey de shopping y a comer mariscos en compañía de mi Tío Tote y su prole. Al principio no supo qué hacer. Luego se tranquilizó, viajó de regreso a Linares. Preparó su maleta como quien va de turista a Afganistán, regresó a Monterrey, se trepó en un avión a guanatos y todo arreglado. Unos días después tenia yo en la computadora del trabajo las primeras fotos de Luc Demyan a quien le pido en este su cumpleaños:
Siempre estar parado junto a los discriminados, para que la discriminación termine; acompañar a la gente que está afuera del círculo de la compasión, para que el círculo de la compasión crezca. Estar en los márgenes, para que los márgenes desaparezcan de una vez y para siempre. Y siempre estar del lado de los desechables, para que la gente desechable deje de serlo
¡Te mando un beso, un abrazo y una lágrima de felicidad mi niño! Ahora no tienes ni puta idea de cuánto te quiero, de cuánto te extraño, de cuánto te necesito y de cuánta falta me haces en mis ratos tristes. Pero ya lo sabrás carboncillo... ya lo sabrás.

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