Tendría yo siete u ocho años cuando un día vi salir de uno de mis zapatos a un hombrecillo que desapareció debajo de la cama. Jamás volví a vestirme sin comprobar que no había hombrecillos dentro del calzado. Así comenzó una relación secreta que, con altibajos, se ha mantenido hasta la actualidad. Hace cosa de tres o cuatro años, se me apareció en sueños uno de estos hombrecillos para reprocharme que jamás hubiera escrito una novela sobre ellos. Es que no sé de qué tratáis, le dije yo. Tampoco nosotros sabemos de qué tratas tú, dijo él, y no por eso negamos tu existencia. Esa misma noche me puse a escribir Lo que sé de los hombrecillos y el libro salió solo, como al dictado. Al terminarlo, ya sabía de qué trataban los hombrecillos, incluso de qué trataba yo. Con cada novela se aprende algo.
El argumento de la vida, Juan José Millás. Seix Barral
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