Thursday, November 13, 2008

Lo que la revolución nos dejó


Lo que la revolución nos dejó
En 1960, López Mateos celebró los resultados de 50 años de revolución. En 1985 Miguel de la Madrid recordó los 75 años de revolución discretamente y con razón: ya para entonces la Revolución Mexicana apestaba. A diferencia de López Mateos, que dejó un buen recuerdo en la memoria popular, los presidentes sucesivos –otro que más o menos podría salvarse sería Zedillo- terminaron mal: despreciados o aborrecidos, en mayor o menor grado.
Las cuentas de largo plazo son demoledoras. Todos los mexicanos que vivieron en la miseria bajo la dictadura de Porfirio Díaz ya murieron. Los 15 o 20 millones de mexicanos que viven hoy en la miseria nacieron ya en los buenos tiempos. Son el resultado final de casi cien años de revolución, los “hijos predilectos” del régimen que iba a acabar con la miseria y no lo hizo porque siempre tuvo cosas más importantes que hacer: grandes, medianas y pequeñas fortunas para los dueños del poder. Lo más notable de todo es que nunca había habido tal cantidad de gente preparada y decente en el Estado mexicano, ya no se diga en el país. Lo que no funciona es el poder: la forma en que se relacionan políticamente unos mexicanos con otros. El origen de todos los desastres está en el régimen de la hermandad mafiosa que se apoderó del Estado y, créanlo o no, se resiste a soltarlo.


El fracaso de las grandes revoluciones del siglo XX fue que sus objetivos de libertad, democracia e igualdad tuvieron altísimos costos en términos de vidas humanas y finalmente no consiguieron establecerse como alternativas políticas sustancialmente superiores a los regímenes que combatieron. Las revoluciones mexicana y cubana tienen entre sí un denominador común: la destrucción total y absoluta de las clases políticas a las que combatieron y su sustitución por nuevas formas de dominación tan autoritarias como aquellas a las que derrotaron. El régimen corporativo del pri fue mucho más eficaz que el gobierno de Porfirio Díaz en el control de la sociedad y la represión de la disidencia. Sus logros en términos de democracia y libertades individuales fueron enormemente limitados y sus resultados en política social dejan un país con casi la mitad de su población en estado de pobreza. La Cuba de Castro reprodujo el mismo trauma del resto de las revoluciones. La dictadura de Batista fue eliminada y el régimen de Castro, inmerso en la guerra fría y el bloqueo impuesto por E.U.A., se constituyo en otra dictadura que consiguió institucionalizar el apoyo popular, gracias a políticas de bienestar social combinadas con un férreo aparato represor que suprimió cualquier otro tipo de critica o cuestionamiento al mismo estilo de los regímenes del stalinismo. La salida de mas de un millón de cubanos al exilio ha conseguido reducir la presión interna al gobierno de castro a lo largo de sus mas de 40 años de gestión. Con la desaparición de la URSS, cuba siguió manteniendo el modelo socialista aunque cada vez mas con características de economía de mercado.

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