...así más o menos podría llamar a mi fin de semana, también podría añadir cervezas, piernas cansadas y una comida.
Los viernes son sagrados. Antes iba al cine ese dia, ahora procuro no salir de la casa. Una serie gringa nos tiene a mi hermana y a mi mordiéndonos las uñas. Mientras estaba el verano preparábamos unas botanas y cervezas y nos sentábamos a disfrutar de las aventuras de un grupo de prófugos. Ahora que viene el frío serán panecitos y chocolate caliente. El sábado después de lavar mi ropa me tomé unas cheves con mi primo Juanfra (Cono). Es el tipo más divertido que conozco, hemos llorado un par de veces juntos y he tenido con él las aventuras más chidas de mi vida. Cumplió años el jueves y se fue al concierto de los Hombres G(ays) que a mi nunca me han gustado por cursis y tarados.
Yo partí con rumbo sanpetrino (al Papa Bills) para encontrarme con mi amiga Adrianita que cumplía años. Ella es lo que los escritores llaman "Polvorilla", es decir, una persona de gran vivacidad. Sonríe, habla rápido y pretende explicarte un montón de cosas que a veces uno no termina por entender. No conocía al principio a nadie más que a su novio, por lo que me vi con la terrible situación de "hacer plática" a un par de desconocidas. En esto yo soy malísimo pero el intento se hizo. Trataba yo de iniciar una conversación y las respuestas eran secas y monosilábicas. Al saberme perdido me tuve que consolar con la cerveza y la comida, cosa que no se me dificulta. Al fin salió a mi rescate el noviecito de mi amiga, a quien agradezco el detalle. La primera vez que lo vi me dio, no sé porqué, una mala espina y lo saludé con reservas. El sábado llegué a la conclusión de que es lo que todos conocemos como un buen tipo... aunque no me acuerdo de su nombre... ¡perdón Adrianita¡ Entonces se apareció la belleza de mi amiga Maryfer, de quien hablaré en otro momento, y el resto de la noche fluyó de manera relajada. Las "amigas y amigos" de la cumpleañera se fueron rápido, "de no haber sido por nosotros, el festejo hubiera terminado demasiado pronto". ¡¡¡Adrianita: ésas amistades que renuncian a la beberecua tan temprano no te convienen, carajo!!!
Ya el domingo y motivado por mi hermana me lancé desde las 4 de la tarde al Parque Fundidora para ver a los Jaguares y a los Tigres del Norte. De los primeros sólo puedo decir que es una lástima esuchar a Saúl. Aunque no ha caído en el patetismo ramplón de Lora, sería bueno que el caifán mayor cuidara más lo que hace. Afortunadamente cuenta con estupendos músicos -me sorprendió el regreso de Diego Herrera en los teclados- no estaría mal que ya se apoyara con algunos coros. Aún así sus memorables canciones y un grupo de fans que nunca lo dejan solo, lo rescatan. De los Tigres yo jamás he comprado un disco ni lo compraré. Me sé un puñado de canciones porque ¿quién en este país no se sabe una canción de los Tigres del Norte? De ellos resalto que son unos verdaderos profesionales, conocen su jale y se mueven a la perfección en el negocio de la música, no dejan nada al "ahi se va" (¡el achichincle que les acomoda los micros y los acordeones usa traje!) y guardan un respeto profundo por su público. Unos tipazos con los que quedé muy satisfecho. Ya los oí. Ya no me pueden venir a contar de cómo se ponen sus bailes.
El lunes sólo invité a mi mamá a comer, nos compramos unas nieves y vi un par de películas: 1408 (me dormí) y Cansada de besar sapos (me vomité).
Thursday, November 22, 2007
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