Monday, December 12, 2011

Peña Nieto y lo que nos espera

Es intrascendente que un jefe de Estado o gobierno lea o no lea poesía o literatura de ficción. Lo importante es que sea lo bastante inteligente para rodearse de hombres y mujeres con cerebros más poderosos que el suyo: que los consulte y llegado el caso haga lo que le recomiendan.

Peña Nieto todavía no es ni siquiera candidato –apenas se registró como precandidato– y ya le vimos las verrugas en las nalgas.

No recuerdo a ningún aspirante a puesto público o funcionario de gobierno cuyos hijos se hayan expresado de los mexicanos con tanto desprecio.

Sabemos que si gana PN nos recetará seis años de lo mismo, pero peor. Ignorábamos que además nos pretende castigar con su desdén.

Pero parece que los Peña Nieto están en la mejor disposición no sólo de robar, sino de despreciarnos, además


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Querida Paulina Peña Pretelini

Héctor Zagal

En una democracia, la crítica es un ejercicio fundamental.

Hay miles de personas dispuestas a sufrir críticas y cuestionamientos con tal de figurar en la nómina oficial

Tu padre, que ha leído la Biblia, te puede recordar una frase de Jesús en el Evangelio: “De la abundancia del corazón, hablará la boca”. Sin pretenderlo, con tus palabras has revelado tu clasismo. Desprecias el trabajo manual. Minusvaloras a quienes se mantienen con su esfuerzo. ¡Qué tristeza que así piense la hija de un candidato presidencial!

“Hijos de la prole” son, en efecto, quienes estudiaron en escuelas públicas, quienes utilizan el metro, quienes no comen cortes argentinos ni quesos españoles, quienes no utilizan zapatos de miles de pesos, quienes no se atienden en el hospital ABC, quienes no viajan en helicóptero. Los hijos de la prole, por el contrario, deben de hacer largas horas de filas en las clínicas del seguro social, deben de comer carbohidratos (tortillas), deben de estudiar en salones sin computadoras, deben de apretujarse en los transportes públicos. Los hijos de la prole, querida Paulina, ganan en un año lo que tu padre gana en una semana.

“Hijos de la prole” no es un insulto, sino un título honorable

¿Qué será de México si lo llega a gobernar una persona que desprecia al proletariado?