Friday, September 24, 2010

Un anacronismo en este mundo de gadgets



Por Mario Vargas Llosa


- Después del espanto de crímenes y crueldad de los belgas durante el reinado de Leopoldo II (1835-1909), las cosas no mejoran; pasan los años, un siglo entero, y en el Congo siguen muriendo millones de personas...

- Yo creo que el Congo vive en esa tragedia permanente porque jamás se recuperó del trauma que significó el colonialismo de Leopoldo II, que fue un verdadero genocida, quizá el primer gran genocida moderno, porque concibe todo un sistema, que además está montado sobre la hipocresía, presentando la colonización belga como una empresa evangélica, civilizadora, y en realidad todo eso es una cortina de humo detrás de la cual hay una crueldad vertiginosa, y un exterminio de millones de africanos, y algo más: esa sociedad quedó tan destruida que no tiene la posibilidad de reconstituirse. El caos absoluto que es el Congo lo arrastra desde la colonización, porque ¿qué ha venido después? Guerras civiles, la dictadura de Mobutu, en la que el país sigue desangrándose, saqueado por los propios congoleses.

-¿Y Leopoldo II salió impune de semejante atrocidad?

-Leopoldo II nunca pisó el Congo. Al final, y gracias a los informes y campañas, que partieron de Inglaterra y se extendieron luego por Europa, el rey tuvo que ceder el Congo al estado belga, porque hasta entonces era una propiedad suya, se lo habían regalado. Es un hecho extraordinario, sí, que te da una idea de lo mucho que ha evolucionado el mundo: se reúnen catorce países en Berlín, donde no hay un solo congolés y le regalan el Congo, una extensión que es casi como toda Europa Occidental, a Leopoldo II para que lo civilice, lo cristianice, y lo abra al comercio mundial. Y el rey belga, durante más de 20 años, explota el país como un botín personal. Es una historia absolutamente increíble.

-Y todo ello por la codicia, la codicia humana que parece no tener límite, y que sigue, todavía hoy, siendo la causante de los grandes males del mundo.

--- El siglo XX ha sido un siglo de horror, con dos guerras mundiales en las que prácticamente la humanidad se desangró; hemos conocido los regímenes más ferozmente criminales de la historia, el fascismo y el comunismo; hemos vivido dictaduras como las de los países tercermundistas, y, pese a todo, el progreso es considerable.

-- Yo creo que el patriotismo es un sentimiento positivo, en lo que tiene de adhesión a la tierra en la que naciste, a la lengua que hablas, a los usos, costumbres, a las creencias en las que te formaste... Ahora bien, cuando el patriotismo se convierte en nacionalismo se vuelve negativo. El nacionalismo siempre es contra alguien, contra los otros, es una manera de proclamar una diferencia que secretamente quiere decir una superioridad sobre el resto. Por eso el nacionalismo tiene siempre un carácter peligroso, divisorio y violento.

“Amar a tu país, sí, pero no dándole la razón cuando no la tiene. Eso es un chantaje, es el nacionalismo del chantaje. Criticar a un gobierno no es criticar a un país, muchas veces es justamente lo contrario: criticas al gobierno porque amas al país”.

-- Creo que es la primera vez en la historia del Perú que un gobierno democrático lleva a un dictador a los tribunales civiles, y lo juzga concediéndole todos los derechos de defensa, con observadores internacionales, y lo condena a 25 años de cárcel por asesino y ladrón. Ojalá todos los dictadores acabaran en la cárcel, presos, condenados por tribunales civiles.

--Vargas LLosa añade que lo que ya no tiene Cuba son los defensores. Los intelectuales cuando tienen vergüenza no dan la cara. Por eso ya no hablan de Cuba, no se atreven a decir: “nos equivocamos, fue un error”. Algunos lo han hecho. Porque, ¿con qué argumentos puedes defender Cuba?, un país que se cae a pedazos, donde la miseria generalizada es la característica más general, donde el sueño de la inmensa mayoría de los cubanos es escapar, salir de allí, aunque se los coman los tiburones...

-- "Yo me he equivocado mucho, y mi unico mérito es haberlo reconocido. Lo grave es perseverar en el error, por fanatismo, por vanidad... Desde que yo rompi con el mito marxista, he tratado de ser muy coherente en mi defensa de una cultura y una política democrática, porque sigue siendo lo menos bárbaro y cruel, y lo menos desastroso desde el punto de vista económico”

- ¿Por qué la frivolidad, el amarillismo, la estupidez han copado la totalidad de las televisiones del mundo, incluso en los países más cultos? ¿Por qué? Por el medio. La manera de llegar al gran público es apuntar a lo más bajo, eso es sabido desde siempre. El medio ha dado una determinada orientación a la cultura y me temo que eso no va a cambiar ya.

---Si, yo sé, yo sé, los conozco... Sé que esos objetos están aquí, pero, en fin, vamos a proteger el libro. Yo espero que no desaparezca el libro. El humanismo ha quedo relegado al cuarto de los trastos viejos. Es una curiosidad, una especie de anacronismo en este mundo de gadgets.

-- hay un tipo de estupidez contemporánea que tiene mucho que ver con la cultura audiovisual de nuestro tiempo. La estupidez ha entrado masivamente, apoyada además por una tecnología punta.

-- Yo quiero equivocarme, quiero estar en el error, pero... pienso que no. Lo que se lee en una pantalla nunca puede ser lo mismo que lo que leemos en un libro. La pantalla es el espectáculo, una forma de diversión muy respetable, siempre que exista lo otro. Pero si reemplaza a lo otro, creo que entramos de lleno en un vacío animado. Me temo que todo el pensamiento que conforma lo mejor de la creatividad humana va a desaparecer.

-- lo que va a colapsar es lo otro, los valores, los principios, la cultura, la ética, que están en absoluta decadencia. Piensa en la corrupción monstruosa que está detrás de la crisis que vivimos hoy. Esa crisis no es una crisis, digamos, puramente financiera. Detrás de la conducta de los grandes banqueros, de los grandes empresarios, hay una moral degradada, profundamente depravada por la codicia. Y esa es una forma terrible de incultura. La libertad, que es el gran instrumento del progreso, si no viene sólidamente fundada, sostenida, por una espiritualidad y una cultura rica, creativa, crítica, en constante renovación, puede llevarnos al abismo.