Saturday, August 28, 2010

Ni ogro ni filantrópico



La seguridad de nuestras vidas depende del monopolio de la violencia y el bienestar social depende del monopolio de la benevolencia. Sin embargo tenemos a la vista un estado que no es suficientemente ogro ni suficientemente filantrópico. Su monopolio coactivo no lo hace temible frente a los criminales y su monopolio de benevolencia no lo lleva a resolver los espinosos problemas de la pobreza.
Algunos ciudadanos consideran que es fundamental el territorio de la violencia, el hecho de que ninguna persona impunemente pueda recurrir a la violencia de las armas o de la infracción de la ley. Solo asi se impide que la vida social sea atrapada por el miedo y la incertidumbre. Para otros la preferencia es el estado justo, responsivo a las necesidades y sufrimientos sociales, con todo un gran aparato de servicios, programas y gasto social.

El Estado puede tener el control de las organizaciones criminales, derrotarlas, si dispone de policías competentes y honestos, además de tecnológicamente equipados y organizados. En cambio, en el campo económico y social que genera empleos, ingresos y bienestar, el gobierno no tiene el monopolio, carece de los recursos cognoscitivos, financieros, tecnológicos.
El escenario indeseable es que el monopolio coactivo no logre derrotar al crimen y que la ineficiencia del monopolio económico no genere el bienestar social esperado.