La corrupcion

El saneamiento de las instituciones puede tomar años pero no décadas. Para esto, las décadas y nunca es lo mismo. No hay que confundir la corruptibilidad (inherente a la libertad personal y a la democracia) con la corrupción; ni la corrupción como degradación personal con la corrupción como sistema. No es posible acabar con la corruptibilidad. Todo es degradable y lo será siempre. Soñar con la pureza a largo plazo pospone para nunca lo que sí se puede lograr y se ha logrado en muchos países: un estado de derecho donde operar derechamente es lo normal, aunque haya excepciones que provocan escándalo. Hay que llegar en unos años a la operación transparente de los poderes públicos en amplísimas zonas del Estado, en casi todos los estados de la República. Por lo tanto, en lo que tiene mayores consecuencias para la vida cotidiana, mayor efecto en la economía (el contrabando, el fisco) y efectos multiplicadores para extender la limpia a todas partes (los partidos, el poder judicial). Con más dificultad, en el centro del poder tenebroso (la policía, el narcotráfico).

La palabra desencanto tiene muchos significados, sin embargo basta con referirse a tres de ellos que corresponden perfectamente al actual estado de ánimos del país: (a) imagen formada en la mente de una cosa inexistente tomada como real; (b) esperanza o creencia vana con que alguien se siente contento; (c) alegría o felicidad que se experimenta con la posesión, contemplación o esperanza de algo.

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