Miguel Ángel Granados Chapa
Los Salinas y la partida secreta
Los Salinas y la partida secreta
Esta semana la Tesorería de la Federación recibirá más de 75 millones de dólares procedentes de las cuentas congeladas por Suiza a Raúl Salinas de Gortari en 1995. Con la devolución de ese dinero se comprueba que Carlos Salinas de Gortari utilizó recursos públicos en beneficio de sí mismo y de su familia, procedentes de la partida secreta del presupuesto federal, que en su sexenio sumó más de 850 millones de dólares. Por lo menos una octava parte de esos fondos, que debieron aplicarse a fines públicos, gubernamentales, fueron a dar a las cuentas suizas del hermano incómodo. En realidad, era conocido el tránsito de esos millones de dólares de las arcas públicas a cuentas privadas. Lo mencionó, airado, el propio Raúl Salinas de Gortari a su hermana Adriana en una conversación telefónica que se le permitió sostener mientras estaba preso en Almoloyita.
Furioso porque se sentía o sabía abandonado por su hermano el ex Presidente, el primogénito formuló amenazas que no llegó a cumplir. De alguna manera fue disuadido de hacer lo que anunciaba irritado: "Todo lo voy a aclarar, de dónde salieron los fondos, quién era el intermediario, para qué eran, de dónde salieron y dónde fueron. Porque creo, efectivamente, que la sociedad merece una aclaración completa… Voy a decir qué fondos salieron del erario público, para que se devuelvan. Yo creo que con eso la sociedad sí quedará contenta. Con esas mentiras a mí solamente me dañan y nadie se lo cree". Se quejó de su hermano: "¿por qué no me apoya?, ¿por qué no dice que los fondos son lícitos?... ¿por qué sale con el cuento ese de que 'me lastimó' y que 'me hizo mucho daño'?. Es una cobardía gigantesca de Carlos estarme mandando recados con Juan José (el hijo de Raúl) de que le mande dinero porque el dinero es de él. ¡Y venir a decir que no sabía nada!".
La partida secreta era un fondo multimillonario que el presupuesto federal asignaba a la Presidencia de la República, cuyo monto llegó a niveles escandalosos durante el sexenio de Salinas, que recibió más del doble que su antecesor. El Ejecutivo podía utilizar discrecionalmente esos fondos, que no estaban programados ni su gasto sujeto a comprobación y rendición de cuentas. Puesto que no tienen destino establecido, no puede hablarse de desviación de recursos. De esa circunstancia formal se valió la defensa de Raúl para eludir la acusación de peculado, aunque no ha podido todavía librarlo del último proceso que está abierto en su contra, el de enriquecimiento inexplicable.
1 comment:
Sería interesante ver su sinica explicación en el nuevo libro nocrees?
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