Lunes
Definición de Vetocracia
según Luis Carlos Ugalde
La vetocracia es el
gobierno del veto, la capacidad de actores políticos y económicos para usar su
fuerza e influencia para bloquear decisiones y políticas públicas que afectan
sus intereses y mantener así el statu quo… Sistema de grupos de interés con la
suficiente fuerza para detener políticas que los afectan, a pesar de que sean
de beneficio general. El neologismo “vetocracia” fue acuñado en 2011 por el
politólogo americano Francis Fukuyama, aunque el fenómeno ya había sido
analizado por el Banco Mundial bajo el término “captura del Estado”. ésta
ocurre cuando grupos de interés usan su influencia para moldear las “reglas del
juego” a su conveniencia, eso es, la “compra” de leyes, decretos y regulación
secundaria que favorece ciertos intereses privados. Hay dos tipos de actores
con capacidad de veto. Por un lado los “formales” que están reconocidos en la
Constitución y que cuentan con atribuciones legales para bloquear reformas. El
segundo tipo de actor con capacidad de veto es “informal”, conocido en la jerga
coloquial como “poder fáctico”, porque carece de legitimación en la
Constitución pero dispone de los recursos políticos y económicos para
descarrilar los esfuerzos que pretenden cambiar el statu quo en beneficio
general.
Martes
Otra definición de
Democracia:
Walter Bagehot definió la democracia como “gobierno por
discusión”
Miércoles
Libro: El hombre que lo podía todo, todo, todo. Ensayo
sobre el mito presidencial mexicano, de Juan Espíndola Mata, El Colegio de
México, México, 2004.
Jueves
La obsesión legislativa Por Gabriel Zaid
Se gobierna con leyes, con sentencias judiciales, con
nombramientos y destituciones, con prioridades bien pensadas, con alianzas y
rupturas, con una administración pronta a cumplir sus responsabilidades, con
programas y proyectos de mediano y largo plazo, con decretos, con el ejercicio
eficaz del presupuesto, con evaluaciones de la calidad de cada dependencia, con
la persecución de delincuentes (sobre todo los que están en el gobierno), con
servicios de inteligencia, con la fuerza pública, con cárceles, con
explicaciones convincentes, con incentivos morales y materiales, con actos
simbólicos, con encuestas, con acercamientos a la gente, con encuestas, con
atención a las preocupaciones e iniciativas ciudadanas, con buena
administración de los conflictos, con negociaciones y con muchos otros recursos
permitidos por las leyes vigentes.
No me hables de las infinitas pequeñeces mal atendidas,
aunque las consecuencias sean terribles. No me hables de hacer las cosas bien
hechas, de tener ventanillas eficaces y meter a la cárcel o despedir a los
irresponsables, abusivos, ineptos o corruptos. Lo importante son las reformas
integrales y profundas: las Grandes Soluciones basadas en los Grandes
Principios.
Cumplir y hacer cumplir las leyes que ya existen es más
urgente que negociar otras. Antes que mejores leyes, urgen mejores gobiernos.
Juzgar es gobernar. Un poder judicial que gobernara bien,
empezando por su propia casa, haría mucha diferencia. La confianza en la
justicia es capital para la democracia, y desgraciadamente no existe. Hay
muchas quejas, y no todas se refieren al ministerio público y la policía. La
mayor parte de los mexicanos no cree en la probidad de los jueces.
Para meter a la cárcel o despedir a los jueces irresponsables,
abusivos, ineptos o corruptos no hace falta legislación adicional. Lo mismo hay
que decir, naturalmente, de los agentes del ministerio público.
Viernes
El derecho a la vida y la
integridad, al trabajo, el tránsito, la expresión, la libertad y la justicia
sucumben ante el secuestro, la extorsión, el chantaje, el atentado criminal y
el abuso. Se recrudece la violencia y la impunidad pero, a fuerza de hacer
costumbre lo inaceptable, la administración -cuando reacciona- expide un
contundente boletín con su más enérgica condena y nada más.
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