Hoy me piden que hable, pero como México calla, yo tampoco pienso hablar
•
Nadie tiene la obligación de hacer el bien, todos tenemos la obligación de no hacer el mal.
•
No votes. No te dejes engañar por los bribones de la democracia, y recuerda siempre que: que no hay servidores públicos sino aprovechadores públicos. Escoger al malo para evitar al peor es inmoral. No alcahuetees a ninguno de estos sinvergüenzas con tu voto. Que el que llegue llegue respaldado por el viento y por el voto de su madre. Y si por la falta de tu voto, porque el día de las elecciones no saliste a votar un tirano se apodera de tu país, ¡mátalo!
•
“Mira, Bartola, ái te dejo estos dos pesos. Pagas la renta, el teléfono y la luz. De lo que sobre, coges d’iái para tu gasto. Guárdame el resto pa comprarme mi alipús’. Ta ra ta ta ta tán. Ésa era la que le cantaba todavía a México el PRI cuando llegué de Nueva York hace 40 años. Y se la siguió cantando otros 30, hasta ajustar setenta, cuando los tumbó mi gallo”.