En diciembre de 2008 desapareció Félix Batista, un consultor norteamericano en materia de secuestros, llegado a Torreón en ejercicio de su profesión, subido voluntariamente a un vehículo, lo que sugiere que eran conocidos suyos quienes iban a bordo, y del que no se sabe más a partir de entonces, para angustia de su familia radicada en Miami.
El 21 de marzo de 2009 desaparecieron 12 personas, procedentes del Estado de México, dedicadas a la venta de pintura. Viajaban en dos vehículos y en Piedras Negras realizaron su trabajo. "Alrededor de las 15.30 horas del día 21 los tripulantes de una de las camionetas se reportan con otros compañeros que se quedaron en Monclova e informen que no saben de sus compañeros que se encontraban en la otra camioneta. Después de esa llamada no se volvió a tener comunicación con los tripulantes de ambos vehículos". Otro caso asombroso, enigmático es quizá más grave aún, si es que en estos acontecimientos cabe gradación alguna. El 14 de mayo de 2007 desapareció en Cadereyta Hilario Vega Zamarripa. Él era trabajador de la refinería de Pemex en ese municipio de Nuevo León. Dirigía la sección sindical, la número 49, del sindicato petrolero. Su hermano David sufrió igual suerte poco después y así, en las siguientes horas y días, fueron privadas de su libertad, no se sabe por quién ni por qué causa, otros parientes de los Vega Zamarripa y otros petroleros, hasta sumar 37.
Nadie en sus cabales puede alegrarse de lo que ha ocurrido a Diego Fernández de Cevallos. Mientras se le rescata, sea propicia la ocasión para afirmar que nadie merece simplemente ser esfumado.