Lunes
Democracia
líquida
La democracia líquida, también llamada democracia 4.0, es una forma de democracia delegativa que se desarrolla a través de la participación digital de carácter directo. Es un sistema en el que cualquier ciudadano puede ser su propio representante. A través de internet puede opinar, realizar propuestas y manifestar sus decisiones de manera directa. Es el “ciudadano total” que expresa sus necesidades e intereses a los políticos en tiempo real, a través de las redes sociales o de medios electrónicos y digitale. La democracia líquida es el futuro de la democracia en México, es una democracia interactiva que devuelve el poder de decisión a los ciudadanos en su calidad de usuarios de los servicios públicos. Los usuarios pueden enviar propuestas para que sean votadas por los demás. El emisor de la propuesta la clasifica en un área temática adecuada o puede crear una nueva. Nuestra clase política debe frenar la erosión de la participación y para hacerlo debe regresar a pensar desde abajo, porque los grandes desafíos al consenso encuentran respuesta, solamente, en un sistema difuso de participación de la sociedad en la toma de decisiones. Las reformas institucionales pueden hacer mucho, pero no son suficientes si no se articulan positivamente con iniciativas que sean capaces de recuperar una amplia dimensión participativa. La democracia líquida es una forma de democracia directa en donde la idea central es que el ciudadano se represente a sí mismo. La democracia líquida ayuda a que el viejo ideal político de la plena participación de los individuos en los asuntos que les incumben sea una realidad. Las nuevas tecnologías están cambiando la relación entre instituciones y usuarios de los servicios públicos abriendo una formidable ventana de oportunidades a la participación en las distintas esferas de nuestra vida cotidiana.
Isidro H. Cisneros
Martes
Elizabeth Meza
La célula que explota / Las canciones de Saúl Hernández
Miércoles
Acción Nacional tiene el reto y el deber de fundar hoy la tradición del México del mañana, es decir, su tarea no es la de administrar recuerdos sino la de crear esperanzas. Como lo demuestran investigadores como Alonso Lujambio, Javier Garcíadiego y María Marván Laborde, debe tener como campo central el municipio. Allí, nos dice Gómez Morín, se hará ese cambio real que no cuesta "convulsiones dolorosas", porque la comunidad municipal -dice- "acabará por educarnos, ensayándonos en la resolución de los problemas que más cerca nos tocan para considerar prudentemente los graves problemas nacionales".
Carlos
Castillo Peraza, Gómez Morín: Cien años y
seis lecciones
Jueves
Liderazgo
y Platón
Por Lorenzo Meyer
Desde la perspectiva
sociológica, y siguiendo a Max Weber, el liderazgo y autoridad carismática es
aquella otorgada por los seguidores a una persona en virtud no de su rango o
posición en la sociedad, sino del reconocimiento de sus cualidades
excepcionales en medio de circunstancias también excepcionales. Donde las
rutinas institucionales ya no dan respuestas adecuadas a un ambiente de
incertidumbre e insatisfacción. Al líder carismático se le escucha, apoya y
sigue por una combinación de atractivo personal, fuerza de su mensaje y,
además, por el fracaso de las estructuras formales de autoridad.
*
Hace más de dos
milenios, en el origen de la filosofía y de la teoría política de Occidente en
Grecia, Platón, (427-347 a.C.), el discípulo de Sócrates, desarrolló una utopía
que sigue siendo un punto de referencia en relación a la vocación política. Propuso
el establecimiento de un sistema de gobierno donde la responsabilidad del poder
no quedara en manos ni de tiranos ni de los electos por el voto ciudadano, sino
de los auténticamente mejores. Y éstos serían aquellos que tuvieran el
conocimiento de la verdadera esencia de las cosas, de los dedicados al estudio:
los sabios. Se trataba del "rey filósofo." El problema es que el
hombre dedicado a la búsqueda del conocimiento, el capaz de conocer la verdad,
no estaría dispuesto a dejar su gran empresa -la búsqueda del conocimiento- por
el mundo del poder. En el mundo imperfecto, el político busca y lucha por los
honores y el placer que dan el disfrute del mando, pero la máxima satisfacción
de la naturaleza humana es alcanzar la sabiduría y ya no abandonar "el mundo
del saber".
Viernes
Gobernabilidad
y Legitimidad
En Democracy and discontent, Atul Kohli concibe a la gobernabilidad como la capacidad del
Estado para gobernar, y enuncia los principales
factores que inciden en ella: a) la presencia o ausencia de coaliciones
políticas sólidas y duraderas, b) la efectividad o inefectividad de la acción
gubernamental, y c) la capacidad o incapacidad del sistema político para
resolver conflictos sin recurrir a la violencia.
En Effectiveness and legitimacy: on the governability of democracies,
Ralf Dahrendorf, destaca dos de los
componentes fundamentales de la gobernabilidad:
legitimidad y efectividad. Mientras que la efectividad
es un concepto de carácter técnico, significando que los gobiernos deben
ser capaces de hacer lo que tienen que hacer, es decir, la efectividad denota
si un gobierno funciona, la legitimidad es un concepto de carácter moral, e
implica resolver si aquello que los gobiernos tienen que hacer es lo correcto.
La legitimidad tiene, al menos, dos
aspectos: uno referente a los imperativos morales absolutos, aquellos
principios que podrían ser aplicables a todas las sociedades humanas. Por otra
parte, están aquellos valores que no son absolutos, es decir, varían en función
del contexto cultural y el transcurso del tiempo, por ejemplo, la democracia.
Por tanto, un gobierno es legítimo cuando lo que hace es lo correcto, tanto en
el sentido de actuar de conformidad con principios fundamentales, como de
desempeñarse en concordancia con los valores culturales prevalecientes.
Sábado
Desaparecidos |
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