Felipe Calderón fue a Berlín a vender un país que no existe como lo presentó. Ni la gripe A-H1N1 fue tan grave como la quisieron presentar las autoridades, ni está totalmente superada. Sabemos que las muertes que provocó fueron menos que las de la gripe común que cada año hace estragos en todo el mundo, pero también fuimos testigos de una alarma irresponsable, de parte del gobierno, que encerró a miles de personas en sus casas y llevó a pérdidas considerables a los dueños de lugares de esparcimiento y alimentación. Los únicos beneficiados fueron los productores de inútiles tapabocas, de antivirus, no todos efectivos, y de tardías vacunas, algunas contraproducentes.
Su segundo problema del “que estamos saliendo con determinación” es la crisis económica que, mientras no sea superada cabalmente en Estados Unidos, tampoco lo será en México, dada nuestra creciente dependencia de la economía de ese país. Los datos optimistas que nos presentan las autoridades económicas soslayan que sus comparaciones se basan en los primeros meses de 2009, es decir el año en que la actividad económica disminuyó casi 10 por ciento en relación con el mismo periodo de 2008. Por si no fuera suficiente, el empleo no eventual ha aumentado en cantidades minúsculas, en tanto que los precios de bienes y servicios han crecido y el costo de la canasta básica alimentaria subió a 156.76 pesos (La Jornada, 4/05/10). El consumo interno, por lo tanto, ha disminuido y cientos de pequeñas y medianas empresas se han visto obligadas a cerrar.
La actividad económica de México, sobre todo en el rubro del comercio establecido (que paga impuestos), también se ha visto afectada por la inseguridad y por el crecimiento de la economía informal (que evade impuestos), tanto en giros legales como ilegales (contrabando, por ejemplo). La guerra contra el crimen organizado ha cobrado más de 22 mil vidas y no se le ve salida a corto y mediano plazos. Del respeto a los derechos humanos, de la formación de grupos paramilitares, de la muerte de periodistas, de leyes restrictivas que invaden o tratan de invadir la esfera de lo privado.
En la esfera de la política las cosas no son mejores. Los partidos están dominados por grupos oligárquico-burocráticos que sólo ven para su santo, con independencia de posiciones ideológicas y políticas definidas y diferenciadas.
El Congreso de la Unión no ha sido capaz, hasta ahora, de presentar y aprobar reformas necesarias y alternativas a las propuestas por el Ejecutivo en materia fiscal, laboral, de telecomunicaciones y medios en general. todo quedó en la congeladora (más de 700 iniciativas). Para colmo, algunas iniciativas que fueron aprobadas en la Cámara de Diputados no fueron ratificadas en el Senado, y viceversa (en la primera cámara dominan los priístas, en la segunda los panistas).
¿Ante este panorama, será cierto, como dijo Calderón, que México está en excelente lugar para convertirse en una de las economías más competitivas del mundo? Yo no lo creo, ¿le habrán creído los empresarios a los que se dirigió en Berlín?