Millor Fernandes, escritor brasileño, desafió a su público con la pregunta del millón: ¿en qué se diferencia un político de un ladrón? La duda rodó por todo el planeta, cosechando miles de respuestas de lo más ingeniosas, pero sólo una, de Fabio Viltrakis, fue reconocida por el escritor como correcta: la diferencia es que a un político lo elijo yo, y el ladrón me elige a mí. En lo demás son exactamente iguales.